Si alguna vez te has sentado a jugar al bingo y has escuchado frases raras del tipo “los patitos” o “la vejez”, no estás solo. Aunque el bingo parezca solo un juego de bolas numeradas y cartones, la cosa tiene más fondo del que parece. Detrás de muchos de esos números hay significados, motes y hasta supersticiones que hacen que cada partida sea algo más entretenido.
¿De dónde salen estos significados?
Los significados de los números en el bingo vienen, en gran parte, del folklore popular y de lo que se conoce como slang del bingo. En Reino Unido, por ejemplo, tienen todo un repertorio de apodos para cada número del 1 al 90. Pero en España también hemos adoptado expresiones y algunas propias que hacen que el juego tenga más chispa. No es lo mismo cantar “el 22” que decir “los dos patitos”, ¿verdad? Le da gracia, le pone alma.
Algunos números y sus motes
Aquí van algunos de los más conocidos:
- 1 – El solito: Porque está solito, claro.
- 2 – El pato: Por la forma, que se parece a un patito.
- 11 – Las piernas: Dos unos juntitos parecen unas piernas.
- 13 – La mala suerte: El clásico número gafado.
- 15 – La niña bonita: No se sabe bien por qué, pero es un clásico.
- 22 – Los dos patitos: Este no necesita mucha explicación.
- 33 – La edad de Cristo: Muy popular en España.
- 69 – Posición favorita: Sin comentarios… 😏
- 90 – La vejez: El último número, el más alto, símbolo de la última etapa de la vida.
¿Tiene sentido todo esto?
Pues depende. Si lo ves como algo estrictamente lógico, probablemente no. Pero si lo entiendes como parte de la cultura del juego, la cosa cambia. Estos nombres sirven para crear ambiente, dar vida al juego y hacer que no sea solo una repetición de números. En muchas salas de bingo, sobre todo en las tradicionales o en fiestas, el locutor usa estos motes para animar a la gente y echarse unas risas. Es parte del encanto.
Más allá del juego
Además, hay quienes ven en los números del bingo un componente espiritual o supersticioso. Personas que juegan siempre con el mismo cartón “porque da suerte”, o que tienen manías con ciertos números. Sí, puede sonar a cuento, pero cuando estás a una bola de cantar línea, te aseguro que empiezas a mirar al cielo y a rogarle a la Virgen del 45 que te eche un cable.
En resumen
El bingo es mucho más que un juego de azar. Es una tradición cargada de guiños, supersticiones y sentido del humor. Cada número tiene su historia, su apodo o su razón de ser, y conocerlos no solo hace más divertido el juego, sino que te mete de lleno en una comunidad con sus propias reglas y costumbres.
Así que la próxima vez que juegues y canten el 22, ya sabes: no son solo números… ¡son los dos patitos paseando por el cartón